El dia de hoy me lo tome con calma, mar tirada con menos de 1 metro ausencia de viento y
agua muy clara.
Fui a estirar un poco el brazo a una playa de piedras
cercana donde parecía que las olas entraban con mas ganas.
Al repunte que hoy era a las 17 h tuve una buena picada pero
se soltó y acto seguido a los dos lances saque esta miniloba que se defendió
muy bien, una vez en seco no tarde en devolver al agua para que siga engordando
en libertad.
Parece que estamos pasando un par de días de quedada con
aguas muy claras , la presión se mantiene y dan bastante mar para el fin de
semana 2,5 m,
asi que será momento de desempolvar el chivo cosa que ya tengo ganas, lances
largos con 70gramos buscando agua blanca.
Hoy el dia no prometía, el mar prácticamente tirado y agua
clara.
Entraba del norte 1 metro con algún golpe mas intenso, solo en
los lugares de piedra donde movía mas aguantaba esa agua espumosa y blanca que
tanto aprecian las lubinas para cazar, esas zonas de corrientes constantes
donde cazar algún pezezillo que pase desorientado.
Comencé a pescar una hora antes del repunte de pleamar que
era a las 17 h, con poco ánimo viendo la situación pues el agua por zonas era
totalmente clara.
Me cerré en un pedreo que conozco bien y tras pasar el
repunte y haber pescado una pequeña decidí salir y dirigirme a la playa
pedregosa que hay en la zona.
Desde roca alta observe que en el centro el agua hacia un
canal de salida por donde el sedimento era acumulado por las corrientes y
busque un lugar propicio para lanzar dejando que el señuelo atravesase esa zona
ya como ultimo intento antes de marchar para casa.
No tenía muchas esperanzas puesto que solo se movía alguna
ola aislada y en cada recogida el señuelo atrancaba con la pequeña laminaria
suspendida en la cabecera de la playa.
Primero una recogida constante y lenta, tras 4 o 5 lances probé
con recogida con parones y tirones secos que activaran la acción del señuelo
casi nula por la falta de corriente, tras unos intentos se produjo la picada,
por el frenazo de la clavada savia que seria una buena lubina la cual dio lucha
y me hizo disfrutar del lance.
Días así hacen afición y gratifican esos días que no se
pesca nada, las horas repletas de lanzadas sin picada y los dolores de brazo.
Cada dia amo más esta pesca y amo más a la reina del cantábrico
el pez más hermoso que puebla nuestra costa.
Hoy el día pintaba bien para el chivo, un mar muy fuerte con
agua manchada pero un molesto viento del NE que obligaba a buscar protección en
algún pedreo que diera vista al oeste.
Llegué justo con el repunte de pleamar a las 16:00h, las
series de grandes olas eran muy continuas obligándome a pescar en las pequeñas
quedadas que eran casi inexistentes.
Decidí montar un minow a pesar de no ser las condiciones idóneas.
A un lado de el pedreo parecía que las quedadas eran mayores,
así que aprovechándolas y a pesar de estar el agua manchada a el cuarto intento
entro ella, esta pequeñina que regreso al mar tras darme un lance que no pude
disfrutar ya que tuve que sacarla sin contemplaciones por miedo a perder el
señuelo con el roce del trenzado.
La presión atmosferita es de 1016 y comienza a descender,
algo positivo para encontrarlas mas pegadas a tierra.
Tras pescarla lo continué intentando pero decidí dejarlo ya
que al descargar el mar las olas rompían con más fuerza sobre las piedras e impedían
la acción del señuelo bajo el agua.
Monte chivo por si en algún pasillo podía encontrarse alguna
pero incluso el atrancaba con la cantidad de pequeñas algas que se le
enganchaban en los anzuelos, asi, que lo mejor irse para casa con la satisfacción
de una nueva captura que en este caso continuara creciendo para dentro de unos
años si los palangres y las inclemencias lo permiten disfrutar de ella cuando
pese algún kilin mas, para mi cada una es especial, única.
Empecemos fartándonos de oricios, ricos oricios, frescos recién
cogidos de la roca mientras dejo pasar el tiempo esperando ese repunte que
tapara las sierras y bajos que tengo frente a mí.
Ese momento en que permitirá trabajar el señuelo sobre las
piedras y presentárselo a ella en el lugar preferido de caza.
En esta ocasión solo capture una de la medida justa, la cual
regreso al mar sin hacerse esperar para no dañarla.
Prometía la tarde, pero un mar que crecía por momentos me impidió
situarme en el sitio ideal y tuve que retirarme tras tragarme dos olas de
frente y ponerme pingando de arriba a bajo.